El trabajo de traductor
¡Por fin! Aquí está finalmente el primer artículo de la página web de AM Translation Services. Con motivo del Día Mundial de la Traducción, deseo compartir con vosotros mi pasión por la traducción y lo que me hizo elegir la profesión de traductor.
Primero, es necesario explicar qué entiendo yo por profesión de traductor. De hecho, cuando le digo a alguien que soy traductor, ¿qué piensa directamente? El trabajo de traductor para muchas personas es el siguiente: un viejo ratón de biblioteca con las gafas colgando de la nariz, en un despacho lleno de diccionarios y libros antiguos.
A menudo olvidamos que en la era digital, la profesión de traductor está por todas partes: desde las aplicaciones de los smartphones hasta en el menú de cualquier restaurante.
Por supuesto, otros responderán: ¿el trabajo de traductor?
«Con Google Translator ya no es necesario».
ó
«Mi primo, que ha estado en Inglaterra dos meses, me lo traduce sin ningún problema».
Debemos luchar diariamente contra estos estereotipos.
El trabajo del traductor no es repetir o copiar-pegar equivalencias. Para mí, el trabajo de traductor es ante todo un trabajo social. En efecto, ayudamos a las personas a comprender e intercambiar conocimientos, creamos puentes; incluso si tu trabajo ha sido traducir las instrucciones de uso de una tostadora o el aviso legal de una página web (que nadie lee en su totalidad, estamos de acuerdo).
Antes de cualquier traducción, el traductor debe sumergirse en la esencia del texto y conocer:
- el tipo de texto (si es una página web, un informe anual, unas instrucciones, etc.)
- el estilo de escritura y el receptor final (para clientes, colaboradores, etc.)
- información sobre el cliente (tipo de empresa, sector, etc.)
- respetar las instrucciones del cliente
Luego, independientemente del cliente, la cultura de cada país también es importante. No traducimos el francés de Canadá o de Francia de la misma manera. Tienes que conocer los hábitos lingüísticos, el vocabulario y las costumbres del país o incluso de la región. Recomiendo este artículo de Flavie LAURENT de la Universidad de Rennes 2 sobre traducción cultural. Recuerdo una traducción para un cliente suizo donde había que “parquer sa voiture» (el verbo parquer no se utiliza en Francia, se usa el verbo garer).
Y, por supuesto, debemos evitar la traducción palabra por palabra y respetar la sintaxis de cada idioma. No traducimos, por ejemplo, la expresión francesa «ce ne sont pas tes oignons» que significa «eso no es de tu incumbencia» por «no son tus cebollas» (aunque es bastante divertido en español :)). La revisión es esencial, ya que es en ese momento cuando encontramos errores que no hemos visto antes. En efecto, a veces es suficiente leer de nuevo para ver que sería necesario cambiar el orden de las palabras, el vocabulario utilizado o incluso la ortografía. Ningún traductor es inmune a equivocarse. Es por eso que el trabajo de traductor requiere revisión y edición. Es esencial leer de nuevo y antes de terminar la revisión, releer una última vez en voz alta.
Hay que mencionar también las expresiones o conceptos que existen solo en ciertos países. Como, por ejemplo, el PACS en Francia. El Pacto Civil de Solidaridad (PACS) es, junto con el matrimonio civil, una de las dos formas de unión civil admitidas en el derecho francés (Wikipedia). En este caso, recomiendo explicar brevemente su significado. Si el cliente ha impuesto un número máximo de caracteres, el trabajo se complica. Suele ser el caso a la hora de traducir subtítulos o textos de videojuegos.
En un momento en que todo tiene que ser rápido y obtenido con un solo clic, hacer que tu página web sea traducida por un traductor independiente o una agencia de traducción desafortunadamente no es lo más común. La traducción de Google ha hecho mucho daño al sector (y a los traductores). Todavía recuerdo que cuando trabajaba para una multinacional, un proveedor había traducido su página (de productos ultracongelados) con google translation. Se podían pedir juives vertes («judías verdes»). ¡Excepto que en este caso, evidentemente, «judía» no se refiere a una mujer de religión judía, sino a las judías verdes (haricots verts en francés). ¡Nada que ver!
Podría seguir reflexionando sobre mi visión del trabajo de traductor durante horas, pero para un primer artículo, creo que ya es suficiente por hoy ;)!
Y tú, qué opinas de la traducción?
¿Qué lugar ocupa en tu vida?
¿Ya lo has pensado?